El corazón de un artista
- Mercedes Rodriguez
- 10 may 2021
- 3 Min. de lectura

Cuando llegó el momento, me di cuenta que tenía una pregunta recurrente en mi mente al ver cualquier obra de arte, dije “wok, que pensara un artista para llegar a esa conclusión”; y allí conecté el home run con las bases llenas, él estuvo pichando todo el día dándome pistas y mi mente dispersa solo bateaba flus.
Mi mamá de alma noble pero siempre molesta, cumple años los siete de diciembre y es hasta este momento que mi mente se está dando cuenta de todo el amor que me daba y siempre me convencía de que no era así, como cuando tomaba los dulces de las chaquetas de papá y dejaba todo exactamente igual, me mentía a mí misma pensando que no se daría cuenta hasta el momento donde solo había un dulce en la caja, ahora entiendo que ella siempre lo supo.
“Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero, y a mi propio ritmo. Hoy sé que eso es… Simplicidad y Sencillez”
Charles Chaplin
Hace unos años me dedicaste el zamuro y el avión, salió en la radio seguida de una felicitación por mi cumple, estaba demasiado feliz, como ahora, abro el reproductor y suena Reinaldo Armas con su arpa, e inmediatamente siento como las cuerdas del arpa vibran en mis manos mientras te decía mamá mira como toco, hoy entiendo que la felicidad es ser libre.
“Mujer déjate querer… ¡Déjate Querer, Vida de Mi Amor!” como dice esa canción que escuche mientras despertaba los diciembres con olor a navidad; Tu manera de amarme era colocarme esas canciones, me mostrabas tu alegría con ella.
Y yo, subía los 14 escalones feliz, solo para desayunar la primera hallaca con un jugo de guayaba mientras te escucho decirme, “Acuérdate de limpiarle la jaula a esos pobres los loros” y entendí que tu manera de amarme era dándome alas, entendí tu amor, es perfecto, lo acepto.
Y comprendo que solo querías lo mejor para mí y por eso íbamos a todos los museos y parques, siempre querías conocer cosas nuevas, te encantan los museos, a mí también, ¿sabias? e igual el cine, como a ti y, Madagascar, es mi película favorita por si quieres saberlo.
Pero, me falta tomar más café en esas sillas de Montalbán y que me abraces al llegar; como hace cuatro años cuando solo temblaba pensando en que me verías.
Alguna vez te dediqué esa canción sobre un regalo poco común que llorabas cuando lo recibías; así como la última vez que te visité, fue mi mejor día después de mucho tiempo.
Percibo lo simple y sencillo que es nuestro amor, que realmente es el viento que sopla nuestra cara al despertar o la luna que vemos todos nuestros cumpleaños a las 00:00 horasas y aquí estoy mamá armando toda mi mente de nuevo, secándome las lágrimas y continuando porque el mejor regalo que me has dado es haberme aceptado y yo te acepto.
Por esto eres arte mamá, porque tu forma de pensar un momento me pidió perdón, cuando me detuvieron por manifestar contra la peor dictadura de Venezuela; pero no importa, eres zurda de nacimiento y eso es lo que me enseñas cada día, tu tenacidad, tu fuerza, tus ganas de hacerte notar, tu poder de observación, querer ser diferente, defender tus ideales y buscar una solución a todo.
Fueron nubes las que usé de trampolines, y lo defino con esta frase de Cancerbero, porque me estoy respondiendo a la pregunta que me había hecho siempre dándome cuenta que quizá tenga la mente de un artista; ¡BOOM! Sonó en mi mente el batazo.
He usado herramientas para recordar, estados y emociones; tome el teléfono y coloqué esa canción que tanto me repetía; por un momento todo se detuvo, escuche varias veces el inicio de la canción y fue allí, cambiando el semáforo a rojo cuando mi cuerpo temblaba mientras llegaba al Mc Donald, después de gritar “… Creo, creo, creo en mí”, al song de Natalia Jiménez, lo entendí, entendí completamente cual es la mejor manera de entenderme y de estar aquí y ahora.
Pero ahora quiero algo nuevo, Quiero ir contigo al Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, de hecho, es el único que nos falta a las dos, me lo digo mientras vamos saliendo de la plaza de los museos hacia la avenida Bolívar a comernos unos ricos perros calientes junto a mi papá, abuela y hermana.
Después de eso no me asustó nada, había prestado atención al sentimiento de nuevo y vi que el problema estaba en la forma de pensar y no en sentir, todo cobró sentido, se unió y vibró a la misma sintonía.
Eres arte en los ojos correctos y yo te veo
Eres magia, tus palabras lo son, eres amor.

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